Philipp Von Ferrary – El Gran Coleccionista

20 de mayo de 1917, Lausana – Suiza. Un taxi se dirige raudamente por la ciudad, con un compungido pasajero el cual medita sobre la última negociación por un raro material postal suizo que sostuvo con un caballero momentos atrás, ha fracasado.

De pronto, le acaece un terrible dolor en el pecho y se desploma sin vida. Inmediatamente al dar parte a las autoridades se notifica que el afamado aristócrata coleccionista de sellos postales Phillpe Von Ferrary ha fallecido, ahora la más grande y valiosa colección de estampillas jamás reunida empezaría un viaje por otros destinos.

Ferrary nació el 11 de enero 1850, en el hotel de lujo Matignon en Rue de Varenne – París, donde permaneció hasta principios de 1917. Siguiendo el consejo de su madre empezó a coleccionar sellos a los diez años – en 1859 – adquiriendo en un comercio de Berlín las estampillas de Hanover que “…tenían la cabeza del rey…”, según él mismo contaba al relatar el comienzo de su afición. Después de la muerte de sus padres, se convirtió en heredero de una gran fortuna y títulos nobiliarios. 

Esta era una época cuando los sellos postales empezaban a ser utilizados por diversos países del mundo e iniciaban su masificación, así que Phillipe vislumbró la idea de formar la colección de sellos postales más grande jamás conocida, obteniendo inclusive las estampillas más raras y costosas que existieran de todos extremos del mundo. 

Tal vez su primera compra importante fue su adquisición en 1880  de la sustancial de acumulación filatélica del juez Philbrick en 8000 libras, que incluía la mayor parte de la colección de Sir Daniel Cooper, el primer presidente de la Sociedad Filatélica de Londres.

Ferrary gastaba en promedio unas 4,000 libras por año (unos 50,000 US$ actuales) en material filatélico según los registros de la casa Stanley Gibbons. Su fama se extendió y en su residencia de París empezó a recibir a muchos vendedores filatélicos, Ferrary raramente dudó o regateo en comprar alguna estampilla, a menudo pagando inmediatamente en oro, y en algunas ocasiones convirtiéndose en víctima de los estafadores, como resultado, estos sellos raros fabricados pasaron a ser apodados ‘Ferraryties’. 

El trabajo de selección, adquisición y cuidado del material que se presentaba a Ferrary era de tal magnitud que necesito ayuda en este menester, dicha tarea recayó en el comerciante francés Pierre Mahé quien lo apoyo como consultor o curador para examinar y mantener el orden en su colección desde 1874 hasta su deceso en 1913.

Conjuntamente tenía dos secretarios, que recibían un muy generoso salario: uno para cuidar de los sellos y el otro las tarjetas postales, sobres, y envolturas de periódicos. Ferrary tenía su propia habitación de sellos, amueblada con numerosos gabinetes y ventiladores. También poseía una extensa y colección de numismática.

Son pocos los coleccionistas de sellos que pueden dejarse de sentirse impresionados por el trabajo de Ferrary, muchas las piezas que reunió son simplemente legendarias.

  • Al menos siete de los sellos ‘Post Office’ de Mauricio de 1,847.
  • Un sello de 3 céntimos Sajonia y el sello de Baden en color equivocado de 1850.
  • El sello de 2 centavos de Hawai, conocidos como “Los misioneros” sin utilizar de 1856.
  • Ejemplares de los barquitos de Buenos Aires de 1858.
  • El Tre Skilling Amarillo de Suecia, una rareza y el 2do sello más caro del mundo hasta ahora.
  • La estampilla más cara del mundo hasta la actualidad, La Magenta de Guyana.

En 1916 se fue de vacaciones al sur de Suiza, llevando consigo algunos álbumes de sellos, pero cuando quiso volver se enteró de que el gobierno francés le negó entrada al país. La razón de estas acciones fueron las simpatías pro-alemanas de Ferrary, así como su lugar de nacimiento (Austria), su ciudadanía suiza y, por último, sus frecuentes comentarios anti-franceses.

El amor de Ferrary para la cultura alemana fue tan conocido como su mala actitud para cualquier cosa que fuera francesa (aunque esto no abarcaba a la gente – entre los cuales tenía muchos amigos)Ante esta situación decide refugiarse en la neutral Suiza, sin embargo las autoridades francesas no le permiten trasladar más que el equipaje indispensable, debiendo abandonar su enorme colección filatélica (que suma ya cientos de álbumes y ocupa dos habitaciones) en la embajada austriaca en París.

Deseoso que su colección pudiera ser apreciada por el gran público, y consciente del impresionante valor de ésta, von Ferrary redacta su testamento y ordena allí que su colección se entregue al Museo Postal de Berlín (único de su clase en esa época), confiando que tal institución tomaría buen cuidado de ella.

Con su muerte y tras el fin de la guerra, el gobierno francés resuelve embargar toda la colección de Von Ferrary como “reparaciones de guerra” y rehúsa entregarla al museo postal berlinés. La casa Stanley Gibbons y Arthur Hind (otro famoso coleccionista de la época) ofrecieron cuantiosas sumas por hacerse del tesoro de Ferrary, sin embargo ambas propuestas fueron rechazadas.

El ignominioso destino de la colección fue el verse desembrada y subastada en 14 lotes entre los años 1921 -1925. Entre los compradores de sellos de la colección del Philipp Ferrary había muchos filatelistas bien conocidos de la época, incluyendo Liechtenstein, Baek, Hind, Allen, Caspari, Harmer, Burrus y Crocker.

Recaudando un total de 30 millones de francos franceses de la época (unos 150 millones de dólares a la fecha aproximadamente)

Este gran coleccionista, a quien le debemos mucho por haber rescatado tantas rarezas, fue honrado en un sello postal emitido por Lichtenstein en 1968 en la serie pioneros de la filatelia.

Omar Carrillo
Círculo Amigos de la Filatelia
Lima, Perú

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