Correo Enlatado

Una lata, un correo, una sorpresa. A finales del siglo XIX vastas regiones aún permanecían inexploradas. No había mayor desafío que el movimiento de personas y bienes a lo largo del basto océano que une los continentes de Asia, América y Oceanía. En la isla de Niuafo’ou en el extremo más septentrional del reino de Tonga en Polinesia, cerca de Samoa y Fiji se desarrolló un curioso método de transporte de la correspondencia.

Con forma de una Rosquilla (Donout), rodeada de grandes acantilados de lava, dominada por un indomable volcán que de tanto en tanto entra en actividad barriendo todo a su paso, y un gran banco de arrecifes de poca profundidad, no hay manera (hasta la actualidad) que embarcaciones de gran calado o inclusive bote a remos puedan atracar cerca de la costa ni permite la construcción de algún puerto.

En 1882, el administrador de una plantación australiana en la isla, William Travers sintió que se encontraba abandonado a su suerte en esta remota locación del pacifico, a lo lejos veía como los barcos mercantes y de pasajeros pasaban de largo sin poder acercarse a la isla, de modo que solo veían un barco dos veces por año acercarse lo suficiente para trasbordar algunas mercaderías.

Se las ingenió para escribirle a la administración postal de Tonga para pedirles permiso de enviar su correspondencia en una lata de galletas de barco de 40 libras, y encargar al capitán de uno de los buques de la Union Steamship Company que comercian de manera regular entre las islas, el manejo y envío cuando pasaran por la isla de camino entre Suva y Fiji.

Cuando el capitán hacía sonar la sirena del barco, se enviaría a un nadador a recoger la lata con la correspondencia nueva y entregar el correo saliente. Pero, no crean que esta era una tarea fácil! Con fuertes corrientes marinas y las distancias de más de kilómetro y medio, esto significaba que para recuperar el correo tendrían que tener que nadar hasta 6 horas!

Sistema de nado isleño conocido como falukuluku consistía en lleva un vara corta con la cual podían flotar y pescar. Para el transporte de la correspondencia a los navíos se ataba a en un extremo la correspondencia en un papel a prueba de grasa y se transbordaba a través de una lata de galletas de unas 40 libras.

El sistema se volvió muy popular luego que Aurthur Tindall se estableció como comerciante en la isla algunos años más tarde, la usanza se convirtió en una tradición y pronto empezaron a llegar los barcos de pasajeros sólo para ver esta increíble forma de entrega de correo.

Walter George Quensell vio el valor filatélico por este método único de entregar el correo y produce sellos de goma en diferentes idiomas que dicen «CORREO EN BOTE DE LATA» (TIN CAN MAIL) que comenzó a ser aplicado a todas las cartas salientes – más de un millón y medio a 148 diferentes países, afirmaba el mismo Quensell.

De esta manera Quensell hizo conocida la isla Niuafo’ou mundialmente como ISLA DE BOTE DE LATA (TIN CAN ISLAND)Los isleños se beneficiaron en gran medida del interés que este curioso sistema generó porque, en lugar de un barco visite la isla una vez al año para recoger la cosecha de la copra, ahora tenían visitas de cruceros hasta dos veces a la semana. Estos trajeron, no sólo el correo, periódicos y revistas,  sino también carne fresca y verduras así como noticias del mundo exterior.

En 1921 Charles Ramsey tomo la posición de administrador de la plantación, encontrándose en la misma posición que Travers; el mismo tomo la responsabilidad de entregar y recoger la correspondencia haciendo 118 viajes de día y de noche.

En el último de ellos luego de recoger la lata se encontró con un gran tiburón, quedando severamente herido y produciéndose su deceso días después.

Este incidente trastornó la forma de recoger la correspondencia, obligando a las autoridades de Tonga el exigir que se usara una canoa, la cual se arrojaba desde los acantilados para luego los aldeanos lanzarse y alcanzarla, para luego remar hasta el barco que traía el correo. Este método apenas era menos peligroso que el anterior y hay evidencia que señala que los bravos nadadores siguieron desafiando al embravecido mar lleno de tiburones. Se cambió el sello a “CORREO EN BOTE DE LATA POR CANOA”, pero este sello no duro muchos años.

No fue sino hasta 1962 que la línea de Matson, respondiendo a las súplicas de los isleños, resucitó el TIN CAN MAIL, matasellando la correspondencia a la vieja usanza y luego de algunos arreglos se volvió a este curioso método de entrega a cargo del jefe Niaufoóu, Hon Noble Fusitu’am, el administrador postal-no oficial, el cual salía en su canoa verde y rosa con motor fuera de borda para entregar y recoger el correo de los barcos de pasajeros Matson.

Este método de entrega de correo se prolongó durante más de 100 años y sólo terminó en 1983, cuando un pequeño aeropuerto (aeródromo) fue construido en la isla. No obstante, la historia del correo enlatado va a vivir para siempre con sellos especiales de Niuafo’ou – creado por los servicios postales Tonga -, y en las manos de muchos coleccionistas que tienen la suerte de tener una carta con el sello «TIN CAN MAIL».

Omar Carrillo
Círculo Amigos de la Filatelia
Lima, Perú

REFERENCIAS

  • El origen del TIN CAN MAIL, se describe en el libro de Tin Can Island por CS Ramsay y cP Plumb, Hurst y Blackett, 1938

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